Rusia comienza a dar un primer elemento como respuesta
al derribo del IL-20. El Ministerio de Defensa ruso anunció ayer jueves, el
cierre del tráfico aéreo y marítimo en el Mediterráneo oriental debido a un
nuevo “ejercicio militar” hasta el miércoles. Esta medida incluye una vasta
región que se extiende desde las costas Siria y libanesa hasta Chipre. Fue en
esta misma área que un F-16 israelí, utilizó a un IL-20 ruso como escudo,
provocando su caída. Según algunos analistas, Rusia, con esta decisión, ha
privado automáticamente a la Fuerza Aérea israelí de cualquier posibilidad de
lanzar ataques desde el mar o desde el cielo libanés. Los ataques aéreos
israelíes ahora solo pueden realizarse desde Israel o desde el espacio aéreo
jordano. La zona de exclusión rusa en el Mediterráneo oriental impide de hecho
que los misiles israelíes lleguen a la costa de Siria. El presidente ruso
anunció durante un discurso que iba a dotar a las dos bases -la aérea de Hamaimim
y la naval de Tartús- de nuevos dispositivos de control y vigilancia. Según el
diario sirio Al Watan, los dispositivos de vigilancia electrónica se
desplegarán ampliamente en los dos sitios rusos para contrarrestar cualquier
futuro ataque enemigo. La base de Hamaimim fue blanco de docenas de ataques con
drones de los grupos terroristas desde Idleb antes de que Israel llevara a cabo
su agresión con misiles el martes.
El anuncio del establecimiento de una zona de exclusión
aérea rusa en el Mediterráneo oriental parece haber llamado la atención de los
círculos militares israelíes, que ahora están apostando por un “enfrentamiento
entre EEUU y Rusia” para salir del callejón sin salida. Así, el sitio Debka,
vinculado a los servicios de inteligencia israelíes, evoca la presencia del
portaaviones USS Harry S. Truman (CVN75), que se está preparando para unirse a
la sexta flota estadounidense. “El portaaviones transporta 6.000 tripulantes, 9
escuadrones de cazabombarderos en sus cubiertas y lleva además una escolta de
cruceros y destructores con misiles guiados”, dice el sitio que ve en la
presencia de estos buques “una primera gran respuesta de la administración”
Trump al despliegue por parte de Rusia de una armada de 25 buques de guerra
frente a la costa siria desde la última semana de agosto”. Sin embargo, los
expertos creen que Israel deja volar su imaginación. En las horas posteriores a
la destrucción del IL-20 ruso, el Pentágono negó formalmente cualquier
participación en este incidente y afirmó que Israel no le había informado
previamente. Incluso Francia, que Rusia había señalado en las primeras horas
después del incidente del IL-20,
ha negado formalmente cualquier participación. Para
muchos analistas, el intento israelí de desatar un choque sangriento entre Rusia,
por un lado, y EEUU y la OTAN, por otro, ha fracasado hasta ahora
miserablemente. (Source/Photo: Russian MoD;
Various Madia)
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